Cuando hay un diagnóstico de celiaquía, la primera recomendación indicada por el médico es pasarse a una alimentación libre de gluten, así que nos apretamos el cinturón, vaciamos el armario de la cocina y visitamos el pasillo de los supermercados en busca de productos de dietética envasados y etiquetados como “gluten-free”.

Es cierto que la inflamación intestinal puede mejorar, pero persisten las incomodidades en el sistema digestivo, indigestiones, migrañas y falta de energía. ¿Y por qué nos encontramos mal si ya hemos eliminado completamente el gluten de la alimentación? La verdad es que consumiendo productos libres de gluten, como panes, bizcochos, galletas, pastas, etc., habremos cambiado el trigo por otro tipos de cereales o legumbres que pueden crear irritación similar en las paredes intestinales, uno de los cuales, y de los más utilizados, es el maíz.

Fresh corn on the wooden table

El uso del maíz se está extendiendo ampliamente en muchísimos de los productos que utilizamos o consumimos de forma diaria. Por ejemplo, como:

  • Harina en la mayoría de los alimentos procesados libres de gluten.
  • Edulcorante refinado (jarabe de maíz de alta fructosa) en muchos productos envasados. Recordemos su efecto en el cuerpo: intensifica el dulzor de los productos y altera el sentido del sabor y crea adicción y necesidad de consumir más dulces, con lo que promueve obesidad, diabetes, desequilibrios hormonales…).
  • Productos de cosmética y medicamentos.
  • Chicles y gominolas.
  • Envases y vasos de plástico.

Además, no debemos olvidar que el ganado criado para el consumo se alimenta, una vez más, de maíz.

Sí, lo sé… este cereal de amarillo dorado que hasta ahora era visto como alternativa saludable, un ingrediente inofensivo para la salud, también puede ser responsable del intestino permeable, inflamación y sobrepeso. Así que lamento decir que los taquitos vegetales que nos preparamos con tortitas de maíz no son tan inofensivos como creíamos.

¿Entonces, qué relación tiene el maíz con el gluten?

El maíz, que hasta ahora era visto como una alternativa saludable y un ingrediente inofensivo para la salud, también puede ser responsable del intestino permeable, inflamación y sobrepeso..

Vamos al grano. La mayoría de los cereales contienen prolaminas, una proteínas que las plantas utilizan como protección ante sus depredadores y que nos resultan muy difíciles de digerir. Estas proteínas irritan el sistema digestivo e inflaman las paredes intestinales; y terminan permitiendo el paso al organismo de estas moléculas de proteínas no suficientemente digeridas (no seccionadas y reducidas a aminoácidos). Esta permeabilidad de partículas de tamaño y constitución irreconocibles por el organismo es lo que provoca un estado de alerta que desencadena una reacción autoinmune que puede traducirse en síntomas de alergia, hinchazón generalizada y alteraciones gastrointestinales.

En 2012, el periódico Plant Foods Human Nutrition publicó un estudio que demostraba que algunas prolaminas del maíz (zeínas) contienen secuencias de aminoácidos muy parecidas a las del gluten del trigo (gliadina), las cuales son las responsables de activar la reacción autoinmune que deriva a celiaquía. El estudio afirmaba que estas prolaminas del maíz pueden encajar y enlazarse con los mismos receptores autoinmunológicos que causan la celiaquía.

Maíz, cultivo modificado genéticamente

Y, por si no nos faltaran razones, el maíz es uno de los cultivos más transgénicos tras la soja y el aceite de canola. Actualmente, la Comisión Europea está recibiendo mucha presión por parte de la multinacional agroquímica Pioneer Hi-Bred para que apruebe el maíz 1507. Este tipo de maíz modificado genéticamente le permite elaborar una sustancia tóxica para combatir el taladro, una de las plagas más comunes de este cultivo; a la vez, esta mutación genética también le permite tolerar el glufosinato, un herbicida de toxicidad aguda. Estas mutaciones no hacen más que aportar residuos tóxicos a nuestra alimentación, cada vez más procesada, y alterar la salud del tracto intestinal.

Por sorpresa, o no, España es el país que está en el punto de mira de las empresas biotecnológicas como candidata a cultivar esta nueva variedad de maíz.

¿Sabías que la alimentación gluten-free no es la solución a la celiaquía ni a la hipersensibilidad al gluten?

En breve hablaremos de cómo una alimentación basada en productos gluten-free puede empeorar los síntomas propios de la celiaquía y la inflamación generalizada a pesar de no consumir gluten de trigo. ¡Estad atentos!

Bibliografía:

1-Friends of the earth europe: https://www.tierra.org/spip/IMG/pdf/FoEE_briefing_GM_maize_1507_October_2013.pdf

2-PubMed.gov – Cabrera-Chávez F, Iametti S, Miriani M, de la Barca AM, Mamone G, Bonomi F. Maize Prolamins Resistant to Peptic-tryptic Digestion Maintain Immune-recognition by IgA from Some Celiac Disease Patients. Plant Foods Hum Nutr. 2012 Feb 2. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22298027

3-Gluten Free Society: http://www.glutenfreesociety.org/gluten-free-society-blog/is-corn-gluten-really-safe-for-those-with-gluten-sensitivity/

5 claves para
saber si te sienta
bien el gluten

Te regalamos la GUÍA GRATUITA + RECETA para que aprendas:

  • Qué pruebas hay que hacer para descartar la celiaquía.
  • Entender qué alteraciones hay más allá de la celiaquía, como la intolerancia al gluten y la alergia al trigo.
  • Una receta deliciosa de pan mediterráneo sin gluten.
  • Acepto la política de privacidad

    Carla Zaplana
    Carla Zaplana
      @CarlaZaplana   @carlazaplana